martes, 18 de octubre de 2016

Gordo, enfermo y próximamente muerto

Es el título de un documental que vi este verano y me dejó boquiabierta sobre nuestra relación con la comida, y concretamente con la comida basura o comida rápida y los alimentos saludables.
"Fat, sick and nearly dead" es el primero de tres documentales (y de los más reveladores) sobre cómo comemos. El vídeo centra su atención en la población estadounidense (y pensarás, claro en EE.UU. comen cualquier cosa y aquí comemos mejor... Te equivocas) y parte de una experiencia personal.



Joe Cross, su autor, es un australiano de edad media que está gordo y enfermo. Trabajador incansable, lleva varios años tomando pastillas para tratar todos sus malestares y enfermedades, que con el tiempo, van a más.

Un día y como inducido por una revelación, decide dejar de lado su alimentación habitual (perritos, pizzas, hamburguesas...) y comienza a tomar batidos de frutas y verduras. 

El documental mezcla entrevistas realizadas en plena calle a completos desconocidos con datos sobre consumo y alimentación, y pequeñas dosis de entretenimiento con dibujos animados para explicar sus cambios emocionales y físicos.

Sé tu propio médico; El objetivo es conseguir, durante 30 días, recorrer Estados Unidos con una camioneta y una licuadora, bebiendo zumos vegetales, y animar a los ciudadanos a unirse a su plan (que al menos recomienda realizar durante 10 días sin descanso y sin tener ninguna titulación sobre nutrición y dietética) y observar, mientras tanto, su espectacular bajada de peso y lo más importante, su cambio psico-emocional y su fuerza vital.

¿Qué hacer cuando consigues un gran éxito tras el anterior documental? pues rodar la segunda parte. "Fat, sick and nearly dead. 2"  nos muestra qué ha pasado en tres años con los antiguos protagonistas del film, aquellos que optaron por dejar su modo de vida y alimentación, y reorientar su vida a través de una buena y sana alimentación, mostrando sus impactantes cambios. No todo tiene su lado bueno y positivo. Según Joe, cambiar nuestra forma de alimentarnos lleva un sacrificio y un cambio emocional, y hay que estar dispuestos a seguir ese camino durante el resto de nuestra vida. Muchos, como se ve en esta secuela, han dejado los zumos y han vuelto a su peso, a consumir grasas saturadas y azúcares. El propio Joe, como él cuenta, de vez en cuando recae cuando sufre períodos de estrés.


"The kids menu" no es una vuelta de rosca sobre lo anteriormente visto en los otros documentales, sino que esta vez se centra en la alimentación infantil. Sorprende ver y escuchar cómo la mayoría de niños en Australia y Estados Unidos apenas comen frutas y verduras (algunos de ellos reconocen no haberlas probado en su vida). Entrevistas con el cocinero jefe de la Casa Blanca, con pequeños agricultores de Brooklyn y niños de primaria, muestran una sociedad con una tasa de sobrepeso infantil por encima del 33%, sin un plan de alimentación sano, variado y saludable, sin una conciencia y educación alimentaria y con desordenes alimentarios muy graves que harán de esos pequeños una sociedad enferma en el futuro.

Joe Cross abandonó su anterior estilo de vida y se reconvirtió, apostando por un estilo de vida más saludable. Lo que no convence de su primer y segundo documental es que se centra mucho en los problemas de peso. Su imperio hoy día se mantiene con sus películas, libros, venta de licuadoras por internet, charlas y conferencias por todo el mundo. Quizás el lado zen y autoconsciente (no dependiente) sería lo que más se echa de menos en el fondo, pero merece la pena verlo.

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